miércoles, 10 de marzo de 2010

Mi abuelo, hijo de aviador criollo y madre española, dió sus primeros pasos como cadete en una empresa cerealera. Empresa ésta que con los años lo alentó, lo formó, lo promocionó. Hasta que llego a ser dueño y socio.

En aquel entonces, contaba mi abuelo, "uno hacia carrera.” "M’ijita", me dijo, "por todo el esfuerzo de esos años, hoy tengo mi propia empresa con mi propio nombre y todavía mantengo negocios con mis ex socios".

Así eran los tiempos laborales de mi abuelo. Donde la aspiración, el tezón, la voluntad, eran promocionados, alentados.

Mi abuela , vasca, que inmigró y crió sus hijos en tierras cordobesas, decía que era igual que con los hijos. Se los educaba, se los alentaba hasta que de mayores pudieran volar solos.

¿Cuando fue que eso cambio? ¿Desde cuando crecer, proyectar, proyectarse es mal visto?
¿Que le pasa al otro que en vez de alegrarse y sentir orgullo se siente amenazado y traicionado?

Yo creo que me perdí de esos cambios de valores. No se, tal vez el dolor de ver partir es muy grande y solo se puede romper el lazo con la pelea, o la degradación. Quizás esto ocurra en un intento de que no mostrarse débil. Estoy desconcertada. Tal vez sea ilusa. Yo que pensé que ya eso no pasaba a mi edad. (digo lo de ser ilusa)

Y .. sigo desconcertada.. ¿desde cuándo despedir a alguien que empieza un nuevo camino con orgullo y buena suerte y por ahí,con tristeza en el corazon por verle partir, es debilidad.


Debilidad es, según entiendo, disminuir al otro para situarse por encima a traves de la degradaciòn. Agredir. Socavar. Manipular a través de la culpa, de la extorsión, del miedo. O estas ahí o estas aca.

El que lea esto diría como mi abuelo "M’hija eso ocurre desde la pre-hisotria". Puede. A mi me toco vivirlo hoy.

Yo solo se, y gracias Ana por recordarmelo, que todos tenemos derecho a crecer, derecho a amar no importa que, no importa a quien. Derecho a aspirar, a ambicionar. A esfozarse y superar, superrse.

Que bajo ningun punto de vista ha de permitirse ser utilizado para alimentar la egolatria de quien manipula, de quien no asume sus errores, poniendo toda la culpa en el otro y carece de una profunda autocritica.

Todos cometemos errores y en una relaciòn entre dos o más partes, hay partes positivas y negativas de cada uno de los integrantes. No evaluar y asumir las propias es tan necio como decir que toda la culpa es de uno.

Autora: Mar Cadranel